Ever Blanchet: "Carta a los inmigrantes sudamericanos que adoptamos Cataluña como una patria nueva y que a la vez fuimos adoptados por Cataluña"

Carta a los inmigrantes sudamericanos que adoptamos Cataluña como una patria nueva y que a la vez fuimos adoptados por Cataluña.

Quisiera compartir algunas reflexiones sobre nuestra situación dentro de un proceso político-histórico de enorme trascendencia para todos los catalanes nativos y para nosotros mismos, catalanes de adopción.

Llegamos a este país por razones diversas, por motivos y motivaciones innumerables.
Estamos sujetos a las leyes y normas establecidas en la constitución española y en el estatuto de Catalunya.
Hablamos en catalán y en castellano, o en ambas lenguas.

Dentro de este proceso de independencia posible, se abre en primer lugar un debate sobre el derecho a decidir o como le llamábamos en nuestro país de origen, en mi caso Uruguay; El Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos.
Ese derecho como es natural no está incluido en las constituciones de los estados, porque lo que menos interesa al Estado hasta ahora es que los ciudadanos decidan mediante sufragio universal el Modelo de Estado que desean. En cambio, el derecho a la autodeterminación de los pueblos forma parte de los contenidos programáticos de los partidos de centro izquierda que pretendían en nuestros países, la consolidación de democracias avanzadas que permitieran corregir las desigualdades, eliminar la pobreza, mejorar la educación, la salud, la cultura…

Qué representaba para nosotros el derecho de autodeterminación:

Desvincular si así lo querían los habitantes de un país, una región, un área, del estado que no le permitía evolucionar hacia la dignidad económica cultural y social de sus habitantes. Los ejemplos son nuestras propias independencias; los nuevos estados de la América del sur...

Pero es que en el derecho a la autodeterminación de los pueblos, se pueden sustentar otros derechos.
Este concepto doctrinal de los partidos que perseguían una democracia avanzada, una democracia superior, resultaba imprescindible para liberarse del Estado Metrópoli, de la Corona o del Virreinato, ¿para conseguir qué?

Los objetivos políticos que se expresaban en los Partidos Republicanos y Liberales o en los Frentes Populares Americanos.

1- Reforma agraria integral.
2- Nacionalización de la Banca
3- Libre comercio exterior.
4- Enseñanza laica, gratuita y obligatoria

Entre otros grandes proyectos políticos.

Estos lemas no expresaban más que las medidas necesarias para poner orden en el desarrollo mediante una educación superior gratuita.

Poner orden en el capital financiero que campaba a sus anchas como ahora.

Poner orden en el comercio exterior que estaba controlado por cuatro potencias económicas que lo convertían todo en monopolios.

Poner orden en estructuras agrarias feudales que en América del Sur estaban controladas en el pasado por los Virreinatos.

Pero también tenemos que recordar que no estaba en cuestión el modelo político republicano.
Lo que tampoco estaba en cuestión en el centro izquierda reformista era el sistema: Capitalista. Ni el régimen: Democrático.

Durante el siglo veinte después de la descolonización se presenta con fuerza el imperio económico liderado por los E.E.U.U. y U.K.

Sudamérica sufre la agresión de la primera democracia del mundo: Golpe de estado en Brasil que avanzaba hacia el liderazgo industrial en América del sur. Golpe de estado en Chile, Argentina, Uruguay, Operación Cóndor. Que les voy a decir que no sepan…

Llegamos a Catalunya al inicio de la democracia. Hemos trabajado muchísimo para hacernos un lugar. Hemos conseguido objetivos personales. Hemos salido adelante y hemos formado parte de la construcción y la transformación de este maravilloso y pequeño país.

Creo que seguimos admirando la lengua y la cultura castellana que nos llega desde la escuela de traductores de Toledo.
Que trabajamos con mucho gusto en Madrid.
Que tenemos vínculos, amistades y afectos inquebrantables con los pueblos de España.

Creo al mismo tiempo que tenemos el privilegio de asistir, participar y colaborar con un proceso ejemplar que contiene muchas de nuestras aspiraciones políticas, sociales y culturales.

Estoy seguro de que pocas veces en la vida te puedes encontrar con un proceso político que no pone en cuestión el Sistema: el Régimen ni el área: Europa. Tampoco la moneda: el Euro. El modelo político: República. El modelo de defensa: OTAN.

Y lo que es más importante, la mayoría de de los habitantes de este País quieren decidir su futuro y construir un Estado europeo nuevo, moderno, interclasista.

Con base en el desarrollo universitario, cultural, tecnológico.
Con recursos propios: Turismo, Logística, Industria. Participa en el refinado de petróleo, distribuye y gestiona gas, ferrocarriles, y tiene el capital humano para gestionar puertos y aeropuertos. Centros de investigación, entre otras cosas.

Tiene la posibilidad de detentar el poder colegiado entre varios partidos, que legítimamente defienden la representación a sus electores que son personas de diferentes sectores sociales. Respeta la libertad de culto, garantiza todas las libertades democráticas.

Aquí y ahora se está dibujando el estado más moderno de Europa, y lo están dibujando las generaciones mejor formadas.

Creo que es un proceso ejemplar, integrado por las bases y la presidencia, por los representantes de los sectores productivos.

Creo que es ejemplar porque ha podido amalgamar a una derecha lúcida y moderna, un centro liberal y una izquierda evolucionada que comprenden la importancia de todas las partes que componen el tejido productivo que es la base de la creación de riqueza. Porque de no ser así lo único que podríamos repartir sería pobreza.

Lo que nos espera no va a ser un camino de rosas.
Pero, ¿puede existir un futuro mejor que el que decide una mayoría de personas que quieren transformar unas estructuras fósiles en un estado nuevo, hecho a la medida de un arco parlamentario tan amplio?

La democracia moderna, avanzada, superior, no se agota el día después de las elecciones. Las personas, asociaciones, gremios y sindicatos quieren y deben participar de las decisiones. Se les puede consultar sobre los presupuestos municipales, provinciales o estatales, porque el nivel intelectual, técnico y cultural del pueblo catalán no es inferior al de quienes nos representan, muy al contrario. El control presupuestario no es otra cosa que decidir en qué se va a gastar, a invertir más o menos. Y la previsión de qué resultados se obtendrá con esos gastos y esas inversiones.
Por otra parte, los plebiscitos y los referéndum no son herramientas totalitarias.
El Uruguay, que fue ejemplo de estabilidad democrática desde principios del siglo XX, consultó mediante plebiscito a los electores, las grandes decisiones, como una reforma constitucional o el cambio del modelo presidencialista.

Si se han cerrado mal las heridas históricas, es natural que se vuelvan a abrir.

Si se revisan las fronteras de algunos estados de Europa, se pueden revisar todas las demás, si así lo deciden los pueblos afectados.

Resulta imposible convivir formando parte de un estado que te exige el esfuerzo fiscal más alto, proporcionalmente, y a la vez te dice que tu nación no existe, que tu lengua no es necesaria y que eres insolidario. A nadie le gusta pagar para que lo insulten.

Por otra parte ¿de quién nos queremos separar, del pueblo español? En absoluto. Nos debemos separar de un Estado monárquico, oligárquico que no se acaba nunca de transformar. Nos debemos separar de un estado que tiene un modelo económico extractivo que en América del sur conocemos bien.

Necesitamos construir un estado con un modelo económico inclusivo donde todos podamos ser emprendedores y dueños de lo que producimos.

¿Qué les vamos a dejar a nuestros hijos? Un Virreinato o una Nación-Estado-Republicano.


Ever Blanchet.
Barcelona 29 de enero de 2014.

Nota: El autor de esta carta es Gestor Cultural, Dramaturgo-Director de Escena y Cónsul Honorario del Departamento de Rivera, Uruguay.